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Benditas almas gemelas

—Oh, nena, eso fue solo la punta del iceberg —respondió Boaz antes de arrastrarse hacia arriba para besarla.

Un beso que anhelaba por ella. Respondido con un beso que deseaba más de él. La sostuvo cerca. Se levantó y la levantó con ambas piernas envueltas alrededor de su cintura mientras sostenía s...