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Deliciosa indulgencia

—¡Ohhhh... Mierda! —La cabeza de Denny se sentía floja, cayendo hacia atrás para apoyarse en el respaldo del sofá. Sentía cómo todo el estrés del día abandonaba su cuerpo y mente cansados mientras flotaba en el éxtasis de su servicio. No tenía que decirle qué hacer. Sentía que cada movimiento de ell...