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TREINTA Y DOS

Kian avanzaba entre las filas de coches estacionados en el oscuro aparcamiento subterráneo. Acababa de terminar un largo día de trabajo y estaba deseando llegar a casa. Mientras caminaba, escuchó el sonido de un claxon y giró la cabeza para ver de dónde venía.

Notó un coche aparcado en un lugar cer...