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Capítulo 60

—Maldita sea—susurró mientras sacaba su pene de mi boca y lo sacudía un poco. Saqué la lengua y lamí la pequeña gota de semen que quedaba en la punta, y él se estremeció antes de alejarse y reírse un poco.

—Maldita sea, chica, tu boca está en llamas. Malditamente en llamas—dijo después de recuperar...