Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y cuatro

Sacudió la cabeza, disfrutando. —Tienes unas piernas geniales, Whatson. Una sonrisa increíble cuando la usas de vez en cuando. Y unos pechos fantásticos. Y sí, normalmente salgo con rubias. Pero tú eres rubia. Creo. —Se rió cuando mi ceño fruncido se convirtió en una mirada fulminante—. No importa e...