Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y dos

—¿Tuviste otro ataque de pánico? —preguntó suavemente el buen doctor.

¿Por qué lo había mencionado? Nada bueno podría salir de eso. Ella nunca podría darle un giro a lo que sucedió. —Sí, no importa.

—Sí importa, Joss. ¿Qué desencadenó este?

Miré mis pies. —Mi amiga.

—¿Cuál de ellas?

*Mi mejor a...