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13. Damián

—Entonces no lo hagas.

Mi autocontrol se desvanece y todo lo que queda es un deseo crudo y desenfrenado. Una necesidad feroz y potente de tenerla. Quiero reclamarla de todas las formas que conozco. Mi pene se despierta en mis jeans, expandiéndose contra la prisión de mezclilla.

Ella parpadea con l...