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No hay cena para ti esta noche

Orlando continuó negándose. Obviamente, algo andaba mal.

Orlando fue a la cocina con una expresión fría y sacó otro tenedor.

Bajo la mirada helada de Viola, tomó un trozo de verdura y se lo metió en la boca sin dudarlo. Lo masticó sin expresión y lo tragó.

Lo hizo sin problemas.

—Es solo el sabo...