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Capítulo setenta y uno

Kimberly asintió.

—Pero llamemos a mi padre primero —dijo.

Asher estuvo de acuerdo. Llamó a su padre tres veces y no obtuvo respuesta. Cuando dejó de intentarlo, Kimberly ya estaba alterada y caminando de un lado a otro por la habitación.

—Mi padre puede ser despistado a veces —dijo—. Hay ocasion...