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Capítulo veintisiete

—No importa —murmuró a su reflejo mientras cepillaba su cabello mojado y lo recogía en un sencillo moño—. Él es solo mi guardaespaldas y nada más.

Se puso un conjunto de bragas y sujetador de encaje azul a juego, una blusa blanca con cuello en V y mangas cortas, y una falda que giraba alrededor de ...