Read with BonusRead with Bonus

Amante de las vacas

—Hola, señora.

Me despertaron tres mujeres altas que estaban de pie junto a mí, al lado del sofá cama. Todas me miraban con unos ojos enormes y hermosos, y hasta su maquillaje y peinados eran magníficos.

Reconocí a una de ellas de antes, cuando vino y me explicó a Bahm y a mí que no debía acostarm...