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¡Muere ya!

Bahm

Hunnie se levanta del sofá con el puño apretado y pequeñas gotas de sudor en la nariz. —¡Lo hiciste! ¡Ahora, quién está aquí!— Eleva la voz en nuestro enlace, su rostro rojo y enfadado.

¿Espera... en nuestro enlace?

¿Cuándo ella...?

¿Cómo pudo... cómo pudo escucharnos y responder en nuestro...