




II
II
Nada me afectaba ya, cuando digo nada, me refiero a nada. Cameron era mi mejor amigo, y Jonathan, mi hermano mayor. Eran el caos, y lo llevaban con ellos a donde quiera que fueran. Han intentado todo lo caótico en esta vida y en la siguiente, y yo fui testigo de todo. Asà que, ¿qué podrÃa afectarme? Absolutamente nada.
La última vez que escuché la voz de Cameron con tanto pánico fue cuando Jonathan y él incendiaron la casa del sheriff mientras estaban borrachos. Me llamó esa noche porque todo lo que podÃa ver era "lÃquido naranja caliente, y la casa del sheriff era como un enorme Dorito lÃquido caliente". Sus padres le consiguieron al sheriff una casa más grande y mejor, afortunadamente nadie resultó herido, asà que se salieron con servicio comunitario.
—¿Cuál es exactamente el problema? —pregunté con calma. Como dije, tener a Jonathan y Cameron durante toda mi adolescencia me hizo casi invencible.
—Quizás quieras estar aquà y ver esto por ti mismo —fue todo lo que dijo para sacarme de la ducha.
Ni siquiera pude hacerme mi propio café, diferentes escenarios pasaban por mi mente.
Bavard Gaming Enterprise era como mi hijo, algo que construà desde cero por mi cuenta, sin ayuda de ninguno de mis padres. No planeaba que fuera la mejor empresa de videojuegos del mundo. Simplemente lo hice porque necesitaba algo que hacer. Y antes de darme cuenta, era el C.E.O de la empresa de videojuegos más grande de todas. La persona más buscada. Creo que una de las cosas que mantuvo a flote mi empresa fue el misterio detrás del dueño. Nunca habÃa salido a la luz pública, ni siquiera por accidente. Cada trato que habÃa hecho, lo hice a través de correos electrónicos. Nunca cara a cara. Mantuve mi cÃrculo pequeño y cerrado, lo que me lleva a mi error. Le dije a Clarissa mi nombre real, y ella no me dijo el suyo... eso es lo que pasa cuando piensas con tus órganos en lugar de con tu cerebro.
¿Cuál podrÃa ser el problema de la empresa? ¿Qué podrÃa haber hecho que Cameron dejara su restaurante, fuera a mi oficina y obtuviera esta información antes que yo?
Normalmente, tomo el helicóptero para ir a la oficina, ya que el helipuerto estaba en la azotea, y como nadie más estaba allÃ, no me encontraba con ningún empleado que no tuviera que ver. Y por esto, no tenÃa un horario fijo de trabajo, asà que los paparazzi no lo monitoreaban y no aparecÃan allà antes que yo.
Desafortunadamente hoy, tenÃa demasiada prisa, y por primera vez, entré por la puerta principal de mi empresa. Nadie me reconoció, y eso fue muy refrescante. Pero no podÃa detenerme a disfrutar de la serenidad. Subà las escaleras apresuradamente, simplemente porque no podÃa arriesgarme a que alguien me reconociera de alguna manera.
La estructura del edificio estaba hecha de tal manera que mi oficina estaba separada del resto de los edificios, subir las escaleras significaba que ibas a ser escrutado por alguien que ni siquiera me conocÃa. Suspiré. Antes de enfrentarme a la vergüenza que estaba seguro que vendrÃa, marqué el número de teléfono de Danielle.
—Estoy afuera, ven a buscarme —fue lo único que dije. Pude escuchar la confusión en su respuesta, pero no sabÃa qué decirle. En lugar de eso, desconecté la llamada.
La puerta de su oficina se abrió de golpe, su peluca afro se movió de izquierda a derecha antes de que me viera, sus ojos se abrieron de par en par al verme. Sus pies, calzados con tacones, caminaron rápidamente hacia mÃ, asentà sutilmente y ella recuperó rápidamente la compostura.
—Buenos dÃas, señor, el señor Russell aún no ha llegado, puede esperar en su oficina.
—Por supuesto.
—Por aquÃ, señor —dijo, guiándome a su oficina. Por razones de seguridad, me aseguré de que ambas paredes fueran a prueba de sonido.
—Debo felicitarte por tus habilidades de actuación profesional —le dije sinceramente.
Ella negó con la cabeza, divertida.
—Debo felicitarte por tu apariencia, ¿qué intentabas ser exactamente? ¿Una celebridad tratando desesperadamente de ocultar su identidad o un ladrón de bancos?
Mi mano fue directamente a mi cara y, en un movimiento rápido, me quité la mascarilla de la nariz.
Ella hizo un ruido bajo con la garganta.
—Esos dedos se han vuelto mejores para quitar pequeñas piezas de ropa... —su voz era seductora.
Me reÃ, se referÃa a la única vez que algo pasó entre nosotros.
—¿Dónde está Cameron? —pregunté cambiando rápidamente de tema.
—Estoy aquÃ. Me duele que no preguntaras por mà primero —salió por la puerta contigua entre mi oficina y la de Danielle.
—Cameron, subà las escaleras, tuve que fingir ser otra persona, y la empresa parecÃa estar bien —dije enfrentándome a mi mejor amigo.
Su rostro, siempre sonriente, se tornó confuso.
—Eso es gracias a mis habilidades superiores para resolver problemas. Hubo un intruso.
Solté un suspiro frustrado.
—No es el primero, ¿qué estaba haciendo la seguridad de todos modos?
—Este logró llegar hasta el piso veintiséis antes de ser detectado.
Mis ojos se abrieron de par en par, eso era lo mejor que habÃan hecho hasta ahora. Nunca sabÃan dónde estaba situada mi oficina, y yo estaba en el piso veintiocho este año, lo que significaba que estaba demasiado cerca de casa.
—¿Hablaste con él? ¿Qué querÃa? ¿Para quién trabaja? ¿Qué descubrió? ¿Dónde está ahora? —pregunté de un tirón.
—Cálmate, ¿quién dijo que era un hombre? Además, hablé con ella, no tiene malas intenciones, estaba trabajando sola... o con el interés que tiene por ti —dijo riendo.
Fruncà el ceño.
—¿Cómo se llama?
—Vera Bradley, parece haber perdido algunos tornillos, pero te conocÃa y quiere estar contigo.
Mi confusión aumentó.
—Estoy muy confundido ahora mismo.
—Ya la llevé a un manicomio, está bien. Lo manejé.
—Entonces, ¿por qué me apresuré en venir aqu�
—PodrÃa ser en vano, pero podemos aprovechar que ya estás aquà —susurró Danielle desde detrás de mÃ.
HabÃa olvidado que estaba allÃ, su voz me irritaba. Asà que la ignoré.
Cameron sonrió. Lo cual también me irritó.
—¿Qué haces aquà a esta hora de todos modos?
—Tu oficina —él lideró el camino, lo seguà rápidamente, tratando de evitar a Danielle, ella era atractiva y todo. Pero después del dÃa en que algo pasó, dejé de verla de esa manera, odiaba mezclar negocios con placer. Pero de alguna manera ella no captó la indirecta. La despedirÃa, pero conocÃa mi secreto y era extremadamente buena en su trabajo.
—Creo que encontré a Clarissa Jones.