Read with BonusRead with Bonus

XIX

XIX

El precio no me afectó. Pero aún así la deseaba. Con su respiración entrecortada, sus pechos derramados se alzaban y bajaban, poniéndome en trance con cada movimiento.

—¿No estás cansado? —Sus ojos oscuros tenían una mirada de sorpresa.

Una pequeña risa logró escapar de mis labios.

—¿Exactam...