Read with BonusRead with Bonus

Jugando al jugador: parte II

—¡No hay futuro para ninguno de nuestros hijos, ni para los míos, y ciertamente tampoco para los tuyos! —digo fríamente, mi mano deteniéndose justo encima de mi ombligo y agarrando la tela de mi camiseta, mis ojos nunca se apartan de los suyos. Una cosa que sé sobre los mentirosos es que no pueden m...