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CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE

Mabel se quedó afuera por un rato. No había muchos guardias, así que pudo deambular sin ser atrapada.

Mabel caminaba disfrutando de la brisa fresca que rozaba su piel mientras admiraba la hermosa vista.

Mabel encontró el jardín y entró con la intención de explorarlo. Parecía un lugar que solo se p...