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Capítulo 4

POV de Blake

—Blake, cariño—escuché esa voz molesta que nunca quise volver a oír. Levanté la vista y vi a Tanya de pie junto a la mesa. Miré a Aurora, quien observaba a Tanya y luego a mí. Pude ver el dolor en sus ojos, lo cual me hizo sentir mal.

—Hola, Sr. y Sra. Smith—dijo Tanya a mis padres.

—Tanya—dijo mi madre.

—¿Qué haces aquí?—pregunté.

—Tenía hambre y decidí parar aquí para comer algo. Me alegra haberlo hecho porque me encontré contigo. ¿Tienes espacio para que me siente y coma con ustedes?—preguntó Tanya.

—Claro, Tanya—dijo mi madre antes de que pudiera responder.

—No te importa si me siento al lado de mi novio, ¿verdad, John?—preguntó Tanya.

—Por supuesto que no, Tanya. Después de todo, él es tu novio—dijo John, y comencé a mirarlo con furia.

El camarero llegó y todos comenzaron a comer su comida. Brandy y Aurora estaban hablando y conociéndose. Podía notar que serían grandes amigas, lo cual me alegraba. Mis padres también parecían gustar de Aurora. Aún no le había dicho a nadie que ella era mi Compañera, ni siquiera a mis padres. Planeaba sentarme con ellos cuando llegáramos a casa para contarles sobre Aurora, y tenía pensado convocar una reunión obligatoria de la Manada para informarles que Aurora era mi Compañera y su futura Luna. Sabía que todos estarían encantados de que encontrara a mi Compañera. No les importaría que ella fuera humana; muchos hombres lobo tenían Compañeras humanas.

John era el único que me preocupaba que tuviera un problema con esto. No parecía feliz cuando le dije que su hermana era mi Compañera, lo cual era comprensible. Repetidamente había dicho que no dejaría que mi Compañera cambiara mis maneras de Playboy. Sabía que tendría que demostrarle que estaba serio acerca de estar con su hermana. Se dice que cuando un hombre lobo encuentra a su Compañera, no quiere a nadie más románticamente, y nunca lo creí hasta ahora.

—¿En qué piensas, cariño?—preguntó Tanya y puso su mano en mi pierna. El placer que usualmente sentía con su toque ya no estaba; en su lugar, me sentí sucio y disgustado. Rápidamente aparté su mano de mi pierna, lo que hizo que me mirara con una expresión confundida.

—¿Estás bien, Blake?—preguntó Tanya.

—Necesito hablar contigo a solas—dije.

—Está bien—dijo Tanya.

—Disculpen un momento—dije, y Tanya y yo salimos del restaurante para hablar.

—¿Qué pasa, Blake? Estás actuando raro—preguntó Tanya.

—Necesitamos romper—dije.

—¿Por qué?—preguntó.

—Porque esto ya no funciona—dije.

—No lo dices en serio, Blake. Te amo—dijo, sorprendiéndome.

—Tanya, lo siento, pero no te amo—dije.

—¿Esto es por esa chica que nos encontró en el baño? ¿La chica con la que estabas sentado en el restaurante?—preguntó Tanya.

—No importa, Tanya. Tú y yo hemos terminado—dije. No quería contarle a Tanya sobre Aurora todavía. Tanya era conocida por amenazar a cualquier mujer que se acercara a mí. Nunca le fui fiel; ella lo sabía y encontraba maneras de ahuyentar a cualquier otra mujer con la que estuviera o quisiera estar íntimamente. Puede que suene como un imbécil, pero no me importaba lo que le hiciera a todas las chicas con las que le fui infiel porque no significaban nada para mí, pero Aurora era diferente. Ella era mi Compañera, y mataría a cualquiera que intentara hacerle daño.

—Lo que sea. Volverás, Blake. Siempre vuelves—dijo Tanya.

—No esta vez, Tanya. Hemos terminado—dije.

Después de nuestra conversación, volví al restaurante y me molestó cuando Tanya regresó a nuestra mesa. Miré a Aurora y vi que tenía una expresión triste en su rostro.

—¿Estás bien?—pregunté.

—Estoy bien. Tengo un poco de dolor de cabeza—dijo Aurora, lo que me hizo preocuparme.

—¿Te gustaría que te llevara a casa?—preguntó John.

—Estoy bien. Todavía estás comiendo—dijo Aurora.

—Ya terminé. Nos vamos a ir temprano porque Aurora no se siente bien—dijo John.

—Puedo llevarla—respondí y no pasé por alto cuando Tanya me miró molesta.

—Eso no es necesario. Llevaré a mi hermana a casa—casi gruñó John.

—Está bien, espero que te sientas mejor mañana, Aurora—dijo mi madre, y John y Aurora salieron del restaurante.

—Mamá, me voy a casa. Yo tampoco me siento muy bien—dije.

—¿Puedo ir contigo?—preguntó Brandy.

—Por supuesto, hermanita. Vamos.

—Yo también iré con ustedes—dijo Tanya.

—Eso no es necesario. Además, tú condujiste tu coche hasta aquí—dije.

—Puedo recogerlo más tarde—dijo Tanya.

—No, Tanya, no vas a ir a casa conmigo—dije.

—Pero Blake—empezó, pero la interrumpí.

—Es Alfa Blake para ti, Tanya—gruñí.

Todos me miraron con expresiones de sorpresa en sus rostros. Sé que todos estaban sorprendidos. Le dije a Tanya que no porque usualmente la llevaría a casa y a mi cama. Pero ahora tenía una Compañera, y la única mujer que quería era ella. Brandy y yo salimos del restaurante y nos subimos al coche.

—Ella es tu Compañera, ¿verdad?—preguntó Brandy.

—¿Qué?—pregunté, sorprendido.

—Aurora, ella es tu Compañera.

—Eres muy observadora, hermanita—dije.

—Ten cuidado. Tanya es una perra y haría cualquier cosa para mantener a cualquier mujer alejada de ti. Aurora es humana y no podrá defenderse de Tanya—dijo Brandy.

—Lo sé, y no dejaré que le pase nada—respondí.

—Una cosa más. Aurora es una buena persona y mi amiga. Si la lastimas, te lastimaré—dijo Brandy, y miré a mi hermana y sonreí.

—Nunca la lastimaré, Brandy. Ella ya es mi mundo—dije, y lo decía en serio.

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