Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 26

—¡Oh, Dios mío! —gritó Nadine mientras corría descalza por su playa privada, los granos sueltos de arena deslizándose entre sus dedos. Ya estaba disfrutando cada momento de su viaje.

Habían aterrizado en la pista de la isla. Nadine había bajado para contemplar el paisaje a su alrededor. Los árboles...