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41: ¡Uf!

Carbón

Me desperté con un dolor de cabeza terrible.

Resonaba en mi cráneo, y mi lobo gimió al sentir cómo se filtraba en él.

Gemí y me cubrí la cabeza con las mantas.

Raegan se emborrachó anoche. Lo cual es decir mucho, porque los lobos no se emborrachan fácilmente. En absoluto.

—Su Majestad, ne...