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Capítulo 2

Annette miró al apuesto hombre frente a ella. No podía creer lo que veían sus ojos.

Lo conocía, era el hombre con el que había tenido una aventura de una noche.

Su nombre era Connor Norman, el Alfa de la Manada Luna de Sangre, la manada más grande de Akron.

Connor no era solo el Alfa de una manada. También era el presidente de una empresa cotizada con gran poder y una riqueza envidiable.

En otras palabras, no era alguien con quien se pudiera jugar.

Annette miró a Connor y dijo con voz temblorosa:

—Alfa Connor.

—Primero dúchate. Hablaremos después —Connor tomó una toalla y se la envolvió alrededor del cuerpo.

—No hay nada de qué hablar. Tengo que irme ahora —dijo Annette.

—Te llamas Annette, ¿verdad? —dijo Connor—. ¿No quieres hablar sobre anoche?

—Alfa Connor, estaba borracha. Finjamos que no pasó nada —dijo Annette en un tono calmado.

Connor se sorprendió.

Miró a Annette.

—Bueno, ¿hay algo que pueda hacer por ti?

Annette entendió su punto y se sintió ligeramente avergonzada.

—Hasta donde sé, eres una Pícara y no perteneces a ninguna manada. No creo que tu vida sea fácil. Así que, si necesitas mi ayuda, dilo ahora —Connor se secó el cuerpo con una toalla y luego la tiró al suelo casualmente.

Annette actuó con indiferencia y dijo:

—No, estoy bien. Pero solo una cosa, por favor mantén esto entre nosotros.

—¿Eso es todo?

—Sí —Annette sonaba seria.

Connor evaluó a Annette. Luego, asintió sin expresión.

Annette se vistió, luciendo ligeramente avergonzada. Empacó sus cosas apresuradamente y salió de la habitación.

—Huele a compañera para mí —dijo Leo en la mente de Connor.

Leo era el lobo de Connor.

—Nuestra compañera no será una Pícara —dijo Connor con indiferencia.

—Entonces, ¿cómo explicas tu comportamiento de anoche? No nos sentiríamos atraídos por algún hombre lobo que no sea nuestra compañera —insistió Leo.

Connor recordó que efectivamente había perdido el control la noche anterior, pero pensó que era porque Annette estaba en celo, así que se sintió atraído por ella.

Annette salió corriendo del hotel y soltó un suspiro de alivio.

En Akron, Connor representaba poder, riqueza y peligro.

Había oído que Connor mató al antiguo Alfa de la Manada Luna de Sangre y lo reemplazó.

Annette sabía que debía mantenerse alejada de él.

Planeaba acostarse con alguien para vengarse de Kyle, pero nunca debió haberse acostado con Connor.

Además, la Manada Luna de Sangre y la Manada Espina Negra siempre habían sido enemigos. A pesar de las disputas territoriales, también eran rivales comerciales.

Si los hombres lobo de la Manada Espina Negra supieran que Annette se había acostado con Connor, estaría en un gran problema.

Annette miró la hora. Eran las 8:30 de la mañana. Aún tenía tiempo para tomar una taza de café antes de regresar a la universidad.

Luego, su teléfono sonó.

Miró el número entrante y lo contestó con hesitación.

—¿Alfa Connor?

—Puedes unirte a la Manada Luna de Sangre si quieres. O puedes decirme lo que quieres. Pero no puedes pedirme ser mi compañera. Nunca dejaré que una Híbrida sea la Luna de mi manada —la fría voz de Connor se escuchó a través del teléfono.

—Alfa Connor, me malinterpretaste. No estaba tratando de tenderte una trampa. Simplemente estaba borracha ayer. No me uniré a tu manada y no creo que debamos volver a vernos.

Annette colgó el teléfono después de terminar de hablar.

—Vaya, vaya, el Alfa Connor es rechazado por una Pícara —se burló Leo.

Connor frunció el ceño e ignoró a Leo.

Tenía la sensación de que Annette intentaba mantenerse alejada de él.

¡Pero eso no dependía de ella!

Miró la pantalla del teléfono aunque ella ya había colgado.

Pensó, «Annette, nadie me había colgado antes».

Annette dejó el lugar apresuradamente. Después de llegar a la universidad, una compañera le dijo que el presidente quería verla.

Llegó a la oficina del presidente con una expresión sombría.

—Annette, ¿qué hiciste? Kyle estaba tan miserable ayer —Fiona era la presidenta de la universidad de hombres lobo y llevaba un vestido bien ajustado. Miró a Annette con disgusto.

El corazón de Annette se encogió de nuevo al escuchar el nombre de Kyle.

Fiona se agitó más al ver que Annette no decía una palabra.

—Annette, ¡quiero que termines con mi hijo! —Fiona se paró frente a su escritorio y miró a Annette desde arriba.

—Fiona, Kyle es mi compañero —dijo Annette en un tono plano, ignorando su actitud arrogante.

—Quiero que jures a la Diosa Luna y rechaces a Kyle —continuó Fiona con una voz fría—. Un día, Kyle será el Alfa de la Manada Cristal. Y su futura Luna no será una Híbrida, y mucho menos una Pícara. Si aceptas terminar con Kyle, te ofreceré un trabajo en la universidad.

En el pasado, Annette nunca habría considerado su oferta, pero ya no.

Annette dijo sin dudar:

—Rechazaré a Kyle. Quiero trabajar en la universidad de hombres lobo.

Fiona se sorprendió.

La respuesta de Annette era diferente a la de antes.

—Después de darte el trabajo, ¿mantendrás tu palabra?

—Si no confías en mí, puedo escribirlo para ti. Terminaré con Kyle.

—Bien. Muy bien. Solo recuerda lo que me has prometido.

—Lo haré.

Había estado lloviendo intensamente. Annette salió del edificio de oficinas.

Se lanzó a la lluvia.

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