Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 32

Rosella…

No me atrevo a abrir los ojos. Solo me quedo ahí, temblando y llorando, con lágrimas corriendo por mis mejillas.

Dios, lo odio. Lo detesto. Si hubiera sabido que es un bastardo tan cruel, nunca lo habría tocado.

Pero no puedo culparlo exactamente. Me había advertido. Incluso su herma...