Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 30

Rosella...

¡Oh Dios! ¡Oh Dios! ¡Oh Dios!

¡Él lo sabe!

No puedo moverme. No puedo respirar. Solo puedo mirar, paralizada de terror.

Una sensación de estar completamente atrapada se apodera de mí. De repente, he perdido toda mi confianza y mi acto de desafío. Me siento mal vestida. Sigo tira...