Read with BonusRead with Bonus

65: Saliendo a escondidas

Nos tomó unos momentos, pero cuando Sebastián y yo finalmente encontramos la fuerza para movernos, solo terminamos moviéndonos más debajo de mis sábanas, donde nos abrazamos tiernamente. Su piel se había enfriado tremendamente, así que lo abracé más fuerte, enfriándome yo y calentándolo a él en el p...