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capítulo 28

—¡Maldita sea! —gritó Zane, retrocediendo.

—¿Qué hiciste? —gruñó Alexander.

Puse mi mano sobre donde sus dientes se habían clavado en mí, el dolor desapareciendo rápidamente, pero aún estaba confundida. ¿Por qué todos estaban tan enojados? ¿Qué significaba la mordida?

—La marqué —respondió Zane c...