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Juntos de nuevo.

—¿Por qué estamos aquí? —pregunto mientras me froto los ojos llenos de sueño y descubro que Guzmán me ha traído a la casa de Ross.

Él me mira seriamente.

—No puedo poner en peligro su vida, señora Elenora. ¡Por favor! Por el amor de Dios y todo lo bueno, quédese en casa. En unos minutos llegará un...