Read with BonusRead with Bonus

Alexander y Viola.

—No cambié nada —comenta Ross mientras entra en la habitación del bebé.

Sigo de pie, admirando las dos hermosas cunas blancas.

Las tallas en ellas son tan delicadas y hermosas.

—Lo sé.

—Cuando estés lista, ¿podemos terminar de decorar la habitación del bebé? —pregunta Ross con incertidumbre en s...