Read with BonusRead with Bonus

Capítulo noventa y cuatro: algo especial.

Maya

Abro los ojos al sol que brilla en la ventana de la habitación del hotel. Extiendo la mano hacia Conrad, pero no está a mi lado. Me siento y miro alrededor, pero no hay rastro de él.

—¿Conrad? —llamé, pero no obtuve respuesta.

¿Dónde está? Empiezo a ponerme nerviosa, pero algo en su almohada...