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TRÁTAME COMO A UNA PRINCESA

La madre de Isabella, Celina, empujó la puerta con fuerza y entró bruscamente.

—¡Isabella! —llamó Celina, e Isabella se levantó de la cama de un salto.

Isabella rápidamente metió la mano debajo de la almohada y agarró su teléfono. Al comprobar la hora en su teléfono, se quedó boquiabierta. Eran la...