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¡MÍRAME ISABELLA!

—Princesa —dijo Matteo mientras frotaba su dedo por toda su vulva y esparcía sus jugos por sus pliegues. Inclinó su rostro y tomó su clítoris entre los labios, chupando y mordisqueando un poco para distraerla.

—¡Oh, joder, Matteo! —Isabella levantó las piernas de nuevo.

Matteo sonrió y rozó su clí...