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DEBERÍA PARAR, ¿NO?

Matteo deslizó su lengua dentro de su núcleo, moviéndola mientras su boca mordisqueaba ligeramente y chupaba sus labios vaginales y clítoris mojados. Isabella comenzó a soltar gemidos guturales, lo que lo hizo sentir eufórico al ver que le estaba dando placer.

—Oh Dios mío —gimió Isabella, dejando ...