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SEÑOR, MATTEO

Había una tensión palpable en la azotea mientras se miraban fijamente, como si fueran las únicas personas en el mundo. Isabella estaba nerviosa y se aferró a la barandilla a su lado, temblando por el aire frío que los envolvía.

—Vamos a averiguarlo, ¿de acuerdo? —preguntó Matteo, y antes de que ell...