Read with BonusRead with Bonus

CAPÍTULO 22

Cuando una de nuestras clases estaba terminando para que pudiéramos ir a almorzar, escuché mi nombre por el altavoz llamándome a la oficina y me quedé paralizado en el pasillo. Nunca me llamaban a la oficina. Ni siquiera creo que sepan quién demonios soy. Esto no va a ser una visita rutinaria.

—Voy...