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Mantente cerca para entretenerte

El teléfono de Virgil sonó justo cuando el ascensor llegó a nuestro piso. Después de salir, nos detuvimos para esperar a que terminara su conversación.

—Lo siento, señoras. Tengo una tarea que debo completar. Su oficina está justo adelante. Me pidió que entraran sin preocupación.

Parecía arrepenti...