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28. La nueva raza

Los ojos muertos y abultados miraban fijamente a Eden. El cuerpo sin vida de Tristan yacía esparcido en el suelo embarrado, con la cabeza torcida en un ángulo extraño. Los primeros rayos del sol de la mañana lo hacían parecer aún más espantoso.

—Eden, cálmate —Oliver puso una mano reconfortante en ...