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Epílogo

El pequeño Nick estaba acostado sobre una manta, felizmente masticando su propio puño. Rayvin y Diana estaban sentadas en el sofá, vigilándolo y relajándose. Ben y Mikael estaban en la cocina preparando bocadillos.

—No puedo creer cuánto ha crecido —le dijo Rayvin a Diana.

—Lo sé. No puedo creer q...