Read with BonusRead with Bonus

16, En el sofá

Mikael continuó besando el cuello de Rayvin. Ella dejó escapar un pequeño gemido que lo hizo desear escuchar otro. Su mano, que descansaba en su estómago, comenzó a jugar con el borde inferior de su camiseta.

—Max —suspiró Rayvin.

—¿Quieres que pare? —preguntó Mikael, preparándose mentalmente para...