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12, James Ridge

—Por supuesto —dijo Mikael con una pequeña sonrisa, y tomó la mano de Rayvin.

Caminaron hacia su coche en silencio. Rayvin sabía que esto era difícil para Mikael, también lo era para ella. Su cuerpo y sus animales se oponían a la idea de salir del territorio de la manada sin su compañero. No se hab...