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CAPÍTULO 49

—¿Sabías? —le pregunto—, que somos una pareja unida.

Todavía no puedo obligarme a volverme hacia él, a enfrentarme a las expresiones que cruzan su rostro. Pero por el rabillo del ojo, capto un atisbo de sus movimientos mientras se acomoda más a mi lado. Su pecho sube y baja mientras toma una profun...