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CAPÍTULO 31

La tensión repentina que inunda la habitación hace que la ansiedad se apodere de mis nervios en respuesta. Los dos guardias comparten una mirada no tan sutil entre ellos que no puedo descifrar.

Es fácil suponer que debo haber preguntado algo ofensivo sin darme cuenta y hago una mueca, —Lo siento, ¿...