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Cazando solo

Me desperté de nuevo en la cama y me acerqué al hombre frente a mí. Rodeé su cintura con mi brazo y besé su hombro. Él entrelazó sus dedos con los míos.

—Buenos días...

—Asegúrate de decir el nombre correcto o le daré una paliza —advirtió Raúl.

Lo hice girar sobre su espalda. —Lo siento, pensé......