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Tres, no dos

~Punto de vista de Zion~

Seguí a mi abuela hasta mi dormitorio, donde encontré a mi esposa caminando frenéticamente de un lado a otro mientras se tiraba del cabello. Entonces, maldita sea, de repente me di cuenta de que se suponía que debía acostarme con ella antes de que diera a luz, pero su b...