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CAPÍTULO NOVENTA Y UNO

Me desperté aturdido, abriendo los ojos para encontrarme en una cama de hospital. El pitido de las máquinas y el olor antiséptico del hospital golpearon mi nariz. Odio ese olor. Intenté incorporarme, pero un dolor agudo en la cabeza me hizo caer de nuevo sobre las almohadas. Lo primero que me vino a...