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CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

Punto de vista del Hombre Misterioso

Cerré los ojos mientras el viento soplaba y olí su aroma a orquídea. Ese era el aroma más atractivo y agradable que jamás había olido. Me hizo la boca agua. Tragué saliva mientras abría los ojos. Me di la vuelta y la miré. Esta vez caminaba sola... sin ese h...