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CIENTO VEINTIDÓS

ANNABEL

Me di la vuelta para irme solo para escuchar una voz familiar llamándome. Me giré y vi que era Lara, parada en la entrada de la casa. Al principio pensé que mi imaginación me estaba jugando una mala pasada, pero cuando la vi con el soporte de suero y la bolsa de sangre colgando de él, me di...