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Hayden

¡Mierda!

La llamada terminó. Estrellé el celular contra la pared más cercana en un ataque de rabia.

El maldito bastardo debe haberla lastimado, su grito de dolor por el teléfono resonaba en mi cabeza.

Las imágenes de las cámaras de seguridad mostraban a Matteo merodeando por el centro com...