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Capítulo 38

No pudimos continuar nuestra conversación ya que Arsen entró por la puerta, sosteniendo dos botellas de agua. Arsen entró en la habitación; buscando directamente a Ulises, se quedó con la boca abierta cuando sus oscuros ojos se encontraron con los míos.

—¡Aelin! —exclamó sorprendido—. Estás despier...