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Capítulo 87: No puedo confiar en nadie

Sophie

—¡Cállate! —gritó Constantine. Sentí una fuerza tan aguda contra mi mejilla que me hizo volar de vuelta a la cama. Su golpe de revés dejó un escozor tan fuerte como un látigo. Aparté la mano de mi cara y vi una pequeña línea de sangre.

Con fuerzas renovadas, le di una patada con ambos p...