Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 124: Los gemelos

Libro Cuatro: Lo Salvaje

Dos pares de ojos marrones y críticos, rodeados de arrugas, me miraban fijamente desde donde estaba sentada. El peso de sus miradas me mantenía clavada en la tela rancia del antiguo y rígido sillón orejero incómodo. Tenía muchas ganas de retorcerme, de liberarme de la sensa...