Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 121: Adiós, hermano mío

Apenas tuvo tiempo de rozar su piel pálida cuando fue golpeado de nuevo. Pero este golpe fue mucho más fuerte, suficiente para hacerlo caer de bruces, temblando por el ataque mientras una bola ardiente de luz blanca caía del cielo y lo empujaba contra la tierra.

—Ya es suficiente —dijo Sebastián, d...