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CAPÍTULO TREINTA Y SEIS

Levantamos nuestras cabezas, mirando por encima del techo, sin dejar la paca de heno, vimos cómo la diligencia se acercaba cada vez más a la casa antes de detenerse justo enfrente. El hombre que la conducía tenía el pelo corto y negro, y llevaba una túnica y pantalones azules, bajó para ayudar a la ...